Así que al lío, hicimos reserva y aparecimos en la casa Plágaro-Etxenike, cómo la última vez, la atención fue perfecta, esta vez un camarero, para nosotros nuevo, que nos recibió de manera muy cercana y sonriente, la cosa empezaba bien, no esperábamos menos. Ambiente relajado, programa de cocina en la pantalla de televisión y ricos aromas de fondo...
Nos sentamos, no teníamos duda, el menú, pero además, en la carta había un pequeño papel con una serie de preparaciones frescas como por ejemplo; unas navajas, boquerones, ensalada de tomate, boletus a la plancha, mejillones de roca...
Asi qué pedimos unos boquerones a los que ya habíamos echado el ojo en la barra, marinados por ellos y con una pinta estupenda.
Y llegó, la presentación nos pareció estupenda, fresca y original, una bandeja de madera con los entrantes del menú para ir disfrutándolos en el orden que uno quiera, una ensalada de pato con patata cocida, chips de patata morada, un poquito de cebolla, puntas de esparrago triguero, huevo y un aliño de aceite, vinagre y sal, sencillo, fresco y rico. A su lado, un pimiento relleno de bonito y piperrada con un pil pil por encima, este fue meloso y muy sabroso, un buen conjunto y por último, un revuelto de setas con un crujiente de pan, me encantó, tengo debilidad por estos delicados manjares de otoño... Pero es que el huevo, era huevo, color, textura y sabor!
Y como a veces, una imagen vale más que mil palabras, juzgar vosotros...
Creo que no hay mucho más que añadir! Dos eran los segundos entre los que podíamos elegir, una paletilla de cordero o merluza al horno sobre una salsa de calabaza, estábamos "marinos" y los dos elegimos la merluza, además la calabaza es una de esas cosas que nos pierde, la diversidad de tratos que acepta es muy amplia y una crema quizás sea de las más sabrosas...
Punto casi perfecto, a mi, personalmente me gusta un poquito menos cocinada, pero no puedo decir que eso me estropeara el plato, estaba riquísima y la crema deliciosa, hacían un buen conjunto, la merluza con la piel hacia arriba, como tiene que ser, para que se vea la frescura y el color del pez, sobresaliente.
Llegaba el momento "postre", arroz con leche acompañado por un helado de piña que estaba sobre una salsita de frutos rojos y un puñadito de "bolitas" crujientes con sabor a la capa que recubre las moras de gominola que comíamos de pequeños, aquí tuvimos un debate los DOScomemunDOS porque yo estaba convencida de que eran "eso" y él decía que no, luego se nos pasó preguntar! Además creemos que llevaban "peta-zetas" también, sin duda, muy divertido de comer.
El arroz con leche estaba buenísimo, muy suave y perfecto como ración (aunque yo hubiera comido tres o cuatro más) y el helado... PIÑA, es que no sabía a otra cosa, es una maravilla comer así fruta.
Tengo que decir que en las fotos no se aprecian bien los colores, la luz jugó un poco en mi contra y además estuve más preocupada de disfrutar del festín, el colorido y la presentación tienen un lugar importante en la cocina de estos dos artístas así que os invito a que lo comprobéis en vivo y en directo, querréis repetir, nosotros ya estamos esperando la siguiente.
Nos han vuelto a conquistar, salimos con una gran sonrisa, la tripa llena y la sensación de que las cosas, si se hacen con ganas e ilusión parecen fáciles (y no quiere decir que lo sean) pero nos demostraron por segunda vez que SUKALKI es un lugar donde disfrutar de la buena y cuidada cocina, gracias y hasta la próxima chicos!
Amaia.
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