Bueno ya era de hora de contar mi
relación con el pan, este maravilloso alimento al que nunca hubiera pensado estar tan unido. Todo comenzó con
conversaciones con mi comemundos: “joe estaría guay comer buen pan en casa” “¿será muy difícil hacerlo nosotros?” “pero
eso costará mucho tiempo” “¿necesitaremos algo especial?”. Y durante un tiempo
anduvimos con ello en la cabeza. Otra de las preguntas que surgió fue:” ¿y si
compramos una panificadora? ”. Y claro lo hicimos pensando que sería la revolución en casa, y que tendríamos pan recién horneado siempre que quisiéramos. Empezamos a utilizarla y probamos diferentes panes, nos encantaba pensar que hacíamos nuestro pan.
Sin embargo a mí… me
empezó a dar qué pensar. La probé y analice un poco lo que hacía: “Meto los
ingredientes que yo mismo peso, los mezcla, los pone a fermentar con calor y
después los hornea.” Lo único que me
vino a la cabeza fue: “¿Qué hago metiéndole esto a una máquina? si poniéndolos
en un bowl los mezclo yo, ¿no?. ¿Y a
temperatura ambiente no fermenta?. ¿Hornearse
ahí dentro en un molde? Si lo puedo hacer yo y con distintos formatos, ¿no?”. Mi
curiosidad aumentaba y empecé a leer cosas sobre masas, fermentos,
temperaturas, tiempos de fermentación… Nunca tiendo a leer una receta y
seguirla al pie de la letra, asique empecé a intentar comprender el pan por mi
cuenta y riesgo.
En ese momento en la escuela de hostelería de Gamarra mi
profesor, Aitor Belaustegi (gran profesional que me ha ayudado mucho, gracias),
comenzaba un taller de pan con masa madre. (una de esas causalidades tan
bonitas de la vida) Nos regaló un bote lleno de una sopa “maloliente”… y ahí ya
no hubo vuelta atrás. Era masa madre algo que desconocía totalmente pero había
oído era la encargada de dar a los panes algo especial, alma y sabor. RING-RING
Justo en este momento (real) suena mi alarma y hago una pausa para sacar del
horno una hogaza de kilo de centeno. Qué maravilla!!!
Una ayuda clara en
este punto fue el libro de Iban Yarza. Me gustaría comentarlo porque este
hombre es un comunicador nato del pan. He tenido la oportunidad de verle en una
charla y creo que todos los que amamos el pan le debemos algo, seamos panaderos
caseros que quién sabe dónde llegaremos o bien profesionales con pasión que ven
como la gente se interesa cada vez más por la panadería de verdad. Gracias a
los libros y a su agenda imparable llena de charlas por toda España, ha
acercado el pan a la gente. A mí personalmente me ha dado las pautas
suficientes para comprender el pan, y para animarme a seguir probando y
disfrutando de este mundo. Con la ayuda del libro y transcurrido casi medio año
de la panificadora famosa… iba consiguiendo hacer hogazas integrales con
centeno, trigo, maíz; panes de molde; panes enriquecidos con miel,mantequilla,
aceite de oliva, vino, infusiones… Me estaba adentrando en un mundo infinito!!!
Entonces fue cuando
la causalidad volvió a aparecer. Una chica de mi clase conocía a alguien que
trabajaba de amasador en Artepan. Era la panadería que más nos gustaba en Vitoria.
Los fines de semana tienen diferentes panes con masa madre y con variedad de
cereales, que nos llamaban la atención cuando nos dejábamos caer por ahí los
dos comemundos. Quería conocerle, además Nahia la chica que me hablaba de él es
una persona muy especial y con una buena energía difícil de igualar, por lo que
me daba muy buena espina. Llegó el día de mi encuentro con Yayah, y el día de
comprobar que había pasión por el pan en más sitios que en mi interior. Nos
juntamos y hablamos, me ayudó a comprender más la base de este mundo. Me
presentó diferentes masas madre aplicadas a diferentes panes, vi de primera
mano cómo olía las masas madre, las harinas, como probaba esos fermentos tan
ácidos…y disfrutaba!!! Me limité a
imitarlo y a compartir con él. Y aprendí, aprendí mucho. Le siguieron
diferentes encuentros y me llené de ganas de seguir avanzando, probando y
desafiándome a mí mismo creando fórmulas que cada vez daban mejores resultados.
Así os puedo resumir mi relación con el pan.
Pero no os preocupéis quedan muchísimas cosas que contar, a las que dedicaré
distintos posts. De momento deciros que este mundo me está brindando muchas
oportunidades y las estoy intentando coger todas al vuelo, como la charla, que
ya os contó Amaia en su post, en el Jai Alai de Agurain. He tenido también la
oportunidad de vender mis primeras hogazas (con harinas ecológicas y lo mejor
cuidado que he podido) en el restaurante donde trabajo (restaurante Artzegi en
Gopegi, Álava), y la verdad que aunque haya sido un primer contacto con unas
pocas…me encantó. Y sobre todo el momento de ver como una señora pedía un pan
de centeno hecho por mí para llevárselo a casa. Qué ilusión!!! Bueno a lo
dicho, os seguiré informando sobre mi pan y yo, y espero tener más tiempo para compartir
recetas, eventos panarras o algún curso interesante, además de opiniones y
buenas panaderías que los doscomemundos visitemos y sean recomendables.
Beñat